VIRGEN DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN

Sobre la puerta pricipal hay una imágen de la Virgen de la Inmaculada Concepción labrada en berenguela (material parecido al mármol).

Su trascendencia para España

Para los Españoles fue importante y trascendental la devoción por la imágen de la Inmaculada concepción de María. En el XI Concilio de Toledo un Rey Visigodo de nombre Wamba ya era titulado como "Defensor de la Púrísima Concepción de María", abriendo así una línea de fieles devotos entre la realeza española.


Monarcas como Fernando III el Santo, Jaime I el Conquistador, Jaime II de Aragón, el emperador Carlos I o su hijo Felipe II fueron fieles devotos de la Inmaculada y portaron su estandarte en campañas militares. El Rey Carlos II muy afecto a la advocación mariana, creó una orden en su nombre (La orden de Calos III) y la declaró patrona e sus estados.



Fueron los franciscanos quienes fieles a la creencia en La Inmaculada contribuyeron a su arraigo y extensión por todo el mundo.


Era tan grande el amor por la Inmaculada que Sevilla juró la defensa de la Concepción de María, Toda Pura, La Inmaculada de Castilleja se la Cuesta se convirtió en la representante de este juramento. A partir de allí pasó a ser oficialmente la Real Patrona de Castilleja, Portugal, Filipinas y las Indias (América) y España entera.


Es claro que un lugar tan preponderante en la fachada del templo Jesuita no podía tenerlo otra que la imagen de la Inmaculada Concepción de María.